Black Metal Waldpoesie
Sólo pretendo expresar lo que siento cuando lo escucho e imagino, cuando toco, cuando compongo...
Hay que imaginarse cosas que nos superan. Buscar en los miedos que más nos atormentan, buscar en los rincones donde nadie mira. Hay que imaginarse un mundo que está cerca de nosotros, pero al cual se le ha dado la espalda desde el comienzo de los tiempos quizás porqué. Los seres de ese mundo fueron como nosotros, pero hoy sufren los peores horrores imaginables. Son gritos, llantos y lamentos que a veces logro escuchar en sueños, o en esos lugares deshabitados en las montañas y bosques, donde la oscuridad pareciera quedarse agazapada hasta que el sol se vaya otra vez, para nuevamente dejar salir a las criaturas que verdaderamente gobiernan el curso de las cosas. Hay que imaginarse caminando por ese bosque con la luna como única guía, mirándola sólo a ella a través de los árboles, porque no quieres mirar hacia tu lado, porque sientes que hay algo ahí. Hay que imaginarse los pueblos que describe Lovecraft, aquellos lugares solitarios y lóbregos, donde sus habitantes parecían ocultar algo, pero sus miradas los delataban. Hay que imaginarse a los ermitaños de las montañas septentrionales, o las experiencias de los Vikingos, descubridores de nuevos mundos. Todos ellos, personajes legendarios que fueron testigos de misterios que no pueden ser descubiertos por el resto de la humanidad, porque simplemente no está preparada. Ellos conocieron a los que reptan en la noche y a veces los combatieron. Conocieron sus espantosas vidas y enmudecieron. Sólo pudieron transmitir esas experiencias con rituales a sus dioses, que a cambio les enseñaron a cantar. Y así crearon cantos para contar esas batallas, para transmitir ese miedo y furia que se mezclaba dentro de ellos y que engendró lo que hoy conocemos como Black Metal.